TEORÍA DE LA INSTRUCCIÓN
TEORÍA DE LA INSTRUCCIÓN
Para
Bruner la educación es el resultado global de las influencias familiares,
comunitarias, culturales y de formación académica que un determinado grupo
humano ofrece a sus miembros. Por su parte la instrucción consiste en conducir
al aprendiz por medio de una secuencia de definiciones y redefiniciones acerca
de un problema o cuerpo de conocimientos que aumenta su habilidad para captar,
transformar y transferir lo que ha aprendido.
Es prescriptiva, es
decir define reglas y procedimientos para adquirir
conocimientos y habilidades. Además, proporciona los criterios para evaluar la
enseñanza o el aprendizaje. Dentro de esta parte, pretende que la instrucción
sea flexible y dinámica.
Aspectos que deben considerarse
- La activación. El primer paso para un aprendizaje significativo
es lograr que el alumno esté motivado. Según Bruner esta depende en gran
medida de la activación que el educador logre despertar en sus
estudiantes, mediante una planificación cuidadosa, con originalidad,
imaginación, con integración de la información nueva con la ya conocida,
partiendo del conocimiento previo del estudiante y la capacidad de
modificar la estrategia cuando se requiera.
- El mantenimiento. No basta con activar al alumno al inicio de la
lección debe mantenerse su interés, a lo largo de toda la sesión de
estudio.
- La dirección. El aprendizaje debe seguir cierta secuencia en
función de la complejidad de los conceptos implicados. Para ello el
educador debe estar familiarizado con la teoría subyacente y poder
relacionarla con las situaciones prácticas.
Sus elementos constituyentes
- Especificación de
las experiencias que hacen que un individuo tenga predisposición hacia el
aprendizaje.
- Especificación de
la estructura adecuada de un cuerpo de conocimiento.
- Señalar las
consecuencias más efectivas en que deben presentarse los materiales que se
van a aprender.
- El ritmo de
aprendizaje de cada estudiante.
- Grado de de premios
recompensas y castigos.
- Las explicaciones
de Bruner sobre el aprendizaje
Aprender
para Bruner, es desarrollar la capacidad para resolver conflictos y pensar sobre una situación que se enfrenta. Aprender
algo, es conocer ese algo.
La
educación nos plantea la responsabilidad de enseñar a los estudiantes a pensar
y a descubrir caminos para resolver problemas viejos con métodos nuevos, así
como buscarle solución a nuevos problemas para los cuales las viejas fórmulas
no son adecuadas. Hay que ayudar al estudiante a ser creativo, a innovar, a
encarar emergencias e imprevistos.
Predisposición
a aprender
En primer lugar, una teoría de la instrucción debe especificar las experiencias que tienen la mayor probabilidad de lograr en el individuo una predisposición a aprender. Bruner considera que el aprendizaje depende siempre de la exploración de alternativas. Aladro, P. (1997). Por esta razón, una teoría de la instrucción debe ser capaz de explicar la activación, mantenimiento y dirección de esta conducta.
La
predisposición a aprender de cada uno está determinada por tres clases de
factores:
-Culturales
-Personales
-Motivacionales
El
educador debe tener en cuenta los tres factores para actuar con la
predisposición del educando. Pero, de manera directa, es responsable del factor
motivacional. Con esto decimos que, si un alumno no está predispuesto a
aprender determinada cosa en razón del ambiente cultural en el que interactúa o
por sus características personales, deberá ser el educador quien induzca
la adecuada predisposición en la misma situación de enseñanza‑aprendizaje.
La
predisposición a aprender, o lo que es lo mismo la predisposición a explorar
alternativas, debe estar presente a lo largo del proceso de aprendizaje.
Para
asegurar esto es necesario:
-Activar,
-Mantener
y
-Dirigir
una predisposición a explorar alternativas.
Activar la predisposición
La
predisposición se activa despertando curiosidad en el alumno, lo que se
consigue ‑a su vez‑creando incertidumbre. Por ejemplo, un profesor puede
despertar curiosidad en sus alumnos sobre cómo juega la ley de probabilidades,
preguntándoles si podrían anunciar por anticipado los números premiados de la
lotería.
Dirigir la predisposición
Para
dirigir la predisposición a explorar alternativas, debemos indicar a los
educandos cuál es el objetivo de la tarea. En el ejemplo anterior, el profesor
informará que deberán descubrir si es posible o no la predicción anticipada de
los premios de lotería y que ello se basará en la aplicación de la ley de
probabilidades.
Mantener la predisposición
Para
mantener la predisposición debe evitarse que el educando experimente las
consecuencias dolorosas del error. Por ello es necesario guiar al aprendiz en
la exploración de alternativas. Queremos significar que hay que orientar el
pensamiento del educando de modo tal que: se reduzca al máximo la posibilidad
de que arriesgue alternativas erróneas y cuando se produce el error, no debe
dársele tal importancia que provoque un retraimiento del educando que le impida
seguir arriesgando respuestas.
Estas
formulaciones de Bruner son particularmente útiles en las situaciones
inmediatas de enseñanza‑ aprendizaje, pero además nos señala que hay que
distinguir la predisposición a aprender que se manifiesta día a día del
"establecimiento de un interés a largo plazo en su más amplio
sentido." Asigna gran importancia a las metas a largo plazo y que el
objetivo de cualquier campo disciplinario es que el educando comprenda su
estructura propia y esto, necesariamente, es un proceso pausado.
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